Los 11 de Setiembre

Santiago y Nueva York, unidas en más que una fecha

Creo que a la mayoría nos ha quedado en la memoria qué dejamos de hacer cuando aquel martes 11 de septiembre el primer avión impactó en la primera Torre. En mi caso particular estaba en la puerta del correo por dejar un CV. El 2001 para nosotros ya era especialmente crudo, el futuro se nos presentaba horrible y la esperanza era más irracional que lo habitual. La radio me informó del impacto. Sin bajarme salí para lo de un compañero que sabía estaba en su casa. Entré, le encendí el televisor y horrorizado me preguntó ¿qué querés ver?  El segundo avión le respondí.

Es que cuando se dispara el horror, lo que nos queda esperar es más horror. Las dictaduras nos enseñaron esto con sangre. Solo no lo aprendieron los que no lo quisieron hacer.

Las decisiones que se tomaron después de aquello lo confirman. Pero ¿quién recuerda el 7 de octubre de 2001, día en que Estados Unidos invadió Afganistán, o el 20 de marzo de 2003, día en que Estados Unidos invadió Irak, o el 13 de abril del 2017, día en que Estados Unidos dejó caer en Afganistán la “Madre de todas las Bombas”?

Aunque las fechas no se rememoren por estos lares, es evidente que están presentes en la escalada que no inició con Las Torres, pero si marcó un hito. Nadie hasta entonces se había atrevido golpear el corazón del imperio. Algo cambió, el gigante recibió el mismo golpe que ha dado tantas veces.

Otro 11 de setiembre, pero de 1973, la misma furia vengadora aunque sin que mediara ninguna ofensa, se descargó implacable sobre Santiago. Es de resaltar. Por el ataque a las Torres justificaron las invasiones a Irak y Afganistán. Por la nacionalización del cobre y las relaciones estrechas con Cuba, la de Chile.

El desastre social en Irak continúa, el final es incierto. El desastre afgano tuvo un impasse desastrosos de 20 años para continuar con el anterior. El de Chile, más prolongado que el afganos, aunque tal vez en el promedio menos sangriento, tuvo un comienzo brutal como avisando lo que venía y vino.

En Chile, luego de muchos intentos y más búsquedas, pareciera que se está transitando el camino de salida del pozo en que nos metieron aquel 11 de setiembre.

Eso sí, sin olvidar lo aprendido. El horror siempre está dispuesto a sorprendernos.

por Daniel Guérin