Enyoguizame la cuarentena

Con la cuarentena se me está haciendo difícil ya el solo hecho de disponerme a preparar algún examen y lo peor de todo es que había decidido no cursar en la modalidad virtual para enfocarme en los finales que adeudo. Aquí estoy sin saber de dónde sacar ganas y voluntad, además de tranquilidad y espacio físico adecuados.

Nunca supe organizarme con todo el caos de mi casa, ahora que estamos los cuatro full time acá pegoteados y con las respectivas obligaciones y actividades trasladadas al ámbito familiar, menos que menos.

Eso sí, por lo único que peleo sin concesiones es por mi hora de pilates o yoga en el living, aunque más no sea, pero esa batalla nunca puedo ganarla del todo.

La cosa es así: estoy en mitad de una plancha combinada con abductores o en medio de la relajación y de pronto tengo que gritarles desde el living que paren de pelearse y de arrojarse cosas o al púber que le afloje a la distorsión con la guitarra eléctrica o a la niña que deje de pasearse con la cámara de su videollamada integrada a mi fauna hogareña. ¡No, si logro niveles de relax envidiables! Mis clases terminan conmigo en modo ninja asesina.

Entonces, inhalo – al exhalar llevo luz a las partes tensas, visualizo la… «la cooorrrrrrrtaaaannn, la madre que los parióooooooo!!!!»

Erika Salthú