Ramón Torres Molina es abogado y politólogo. En su carácter de ex Convencional Constituyente en 1994, cumpliéndose 30 años de sancionada aquella reforma de la Constitución Nacional, lo consultamos sobre los avances y retrocesos que significó para las instituciones democráticas y la vida de nuestro país.
Plantea tres enfoques:
1.- La Reforma cumplió los requisitos constitucionales: fue planteada en el parlamento, no hubo proscripción, la votaron los partidos políticos, fue representativa. Señala estos atributos marcando la diferencia con lo sucedido con la Constitución de 1949 reemplazada en 1957 durante el gobierno dictatorial. Es por ello que señala que la Constitución de 1994 fue “legítima y legal” como el primer rasgo distintivo.
2.- El segundo punto que plantea es que se trató de “tenuar el sistema presidencialista” incorporando figuras parlamentarias, pero que con el correr de los años se ha visto que en este punto “cada vez estamos más alejados” ya que “se ha acrecentado increíblemente el poder presidencial” llegando a la actualidad donde “es un presidencialismo autoritario”
3.- El tercer enfoque que destaca es la incorporación con Jerarquía Constitucional de los tratados internacionales, destacándolo como un gran avance.
Lo consultamos sobre el origen y las desviaciones que se ven hasta el paroxismo en la sanción de Decretos de Necesidad y Urgencia por parte del Poder Ejecutivo y su opinión sobre la propiedad provincial de recursos Recursos Naturales. También analizó el mal funcionamiento del Consejo de la Magistratura y los vaivenes de la Corte Suprema sobre el mismo, concluyendo que el problema radica en que “Hay una crisis de representatividad del sistema político”.
Finalmente valoró la Constitución Provincial recientemente sancionada en La Rioja, considerando que tiene elementos interesantes como la limitación de mandatos en todos los poderes del Estado pero que esto solo no alcanza si no se revierte la crisis en la que están sumidos los partidos políticos.