OPINION. Por Claudio Angelini
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Yo estaba convencido de que los dioses son inmortales. Que son leyenda desde siempre y para siempre y que, entonces, nunca mueren.
Pero hoy compruebo dolorosamente que no es así. Increíblemente, después de haber caído y levantarse infinidad de veces, murió nuestra leyenda, el Dios argentino.
Aunque él sostenía, cuando le decían “vos sos Dios” que “…están equivocados. Dios es Dios y yo simplemente soy un jugador de fútbol…”, todos sabemos que fue –es- muchísimo más que el mejor jugador de futbol de la historia.
Es el que puede generar la extraña experiencia de comentar el gol a Inglaterra en México 86 con mis hijos como si lo hubiéramos visto juntos, relatado por Víctor Hugo, aunque en realidad ellos todavía no habían nacido cuando lo hizo. O el que nos hizo experimentar el placer enorme de la Mano de Dios, que logró darnos alegría, no solamente por ganar el mundial, sino por hacernos sentir una especie de reivindicación frente a los piratas por nuestros muertos en Malvinas.
El mismo Diego en el que me sentí representado una y otra vez en su irreverencia y en su plantarse sacando pecho frente a los poderosos y bancando a su pueblo, en especial a los de abajo, como si nunca se hubiera ido de Villa Fiorito (que recordaba diciendo “yo crecí en un barrio privado de Buenos Aires. Privado de luz, de agua, de teléfono…”)
El que nunca arrugó a la hora de tomar posición, que uno sabía de antemano cual sería. El Diego que viajó a la Anti Cumbre para decirle NO al ALCA. El que no se privó de putear a los tanos cuando nos silbaban el himno. Un tipo predecible y con código, cualidades escasas en estos tiempos…
¿Era perfecto? Claro que no. Él mismo dijo que: “…Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha…”, o “¿sabés qué jugador hubiese sido yo si no hubiese tomado droga?», otras dos de sus tantas frases que integran ya la cultura popular del pueblo argentino. No importa la edad que tengamos, y si vimos o no aquella conferencia de prensa en la que dialogó con Toti Passman; todos sabemos que significa la sigla LTA y en que circunstancias debe aplicarse…
En fin, hoy es otro de esos días que de tan tristes no pueden olvidarse…
Hoy a los argentinos nos cortaron las piernas…