Barcelona no se considera a si mismo como «un profeta», calificativo al que jocosamente apelamos para describir la circunstancia de -en una anterior entrevista- haber puesto en duda la permanencia de la empresa malaya Petronas en el proyecto de instalación de la planta de licuefacción de gas en nuestro país, al momento de comenzar a trascender noticias respecto a su relocalización. Antes bien, considera que el retiro es una circunstancia previsible teniendo en cuenta el escenario de imprevisibilidad e inestabilidad política que el gobierno generó con sus actitudes.