Con frecuencia escuchamos acerca de la «época de gloria» de Argentina a principios del siglo XX, a la que algunos proponen volver. Eran los tiempos en que los pituquitos porteños se iban a Europa a «tirar manteca al techo» y, para asegurarse la provisión de leche en el viaje, llevaban «la vaca atada». Esa diminuta clase social -la oligarquía terrateniente de la provincia de Buenos Aires- sin dudas la pasaba muy bien. Pero simultáneamente la inmensa mayoría del pueblo, los trabajadores, vivían en condiciones infrahumanas, hacinados, con mala alimentación, inexistente sistema de salud y condiciones laborales de esclavitud.
Tan es así, que en 1904 el entonces presidente Julio Roca, por medio de su ministro Joaquín V. Gonzalez, le encarga a un especialista -Juan Bialet Massé- que elabore un informe que describa esas condiciones laborales, el cual, una vez concluído y publicado, expone descarnadamente esa situación, lo que genera los primeros intentos de introducir mejoras.
En esta entrevista Julio Fernandez Baraibar (1), describe aquel contexto y analiza las consecuencias políticas del informe (conocido por el apellido de su autor)(2). Aborda también otras cuestiones de la historia nacional a las que el diálogo fue llevando…
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(1) Julio Fernandez Baraibar se desempeña actualmente como Coordinador del Archivo Histórico de Radio y Televisión Argentina. Es un intelectual que siempre ha estado vinculado al pensamiento nacional. En 1967, se acerca a Acción Sindical Argentina, agrupamiento sindical social-cristiano vinculado a la Confederación Latinoamericana de Trabajadores (CLAT). Poco tiempo después, en 1968 formó parte de la Comisión de Solidaridad con el pueblo tucumano, de la recientemente creada CGT de los Argentinos, liderada por Raimundo Ongaro. En los mismos momentos se vincula con el Partido Socialista de la Izquierda Nacional (PSIN), grupo creado por Jorge Abelardo Ramos y ahí comienza «formalmente» su actividad política. Fue miembro de número del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego.
También es productor y director cinematográfico. Intervino, en diversas películas: Al regresar del exilio escribe el guion de «Mirta de Liniers a Estambul» y lo filma con dirección Jorge Coscia -de quien era su amigo- , un filme sobre los años de exilio. Más adelante lo hace con «Chorros», «Cipayos, la tercera invasión»
En 1992, fue coautor y productor de El General y la Fiebre, una película con el general José de San Martín como protagonista principal.
En 1995, escribe y dirige un documental sobre la vida y la obra de Arturo Jauretche, llamado La Ceniza y la Brasa.
También fue productor de Jorge Coscia Comix, cuentos de Amor, de Video y de Muerte. En 1997, fue productor ejecutivo de Canción Desesperada, filme dirigido por Jorge Coscia, con la actuación de Maximiliano Guerra. También es autor de varios libros: En 2004 publicó «Un solo impulso americano. El Mercosur de Perón» (una investigación histórica sobre los antecedentes de la política latinoamericana pergeñada por Juan Domingo Perón en sus dos primeras presidencias). En 2014, publicó «Crónicas de la integración continental». Se trata de una serie de artículos y reflexiones sobre los acontecimientos y las personalidades que dieron lugar al intenso período de convergencia suramericana en la primera década del siglo XX. Incursionó también en el campo de la poesía con el libro de poemas «Gozos y Dolores entre dos Siglos»
(2) https://museoroca.cultura.gob.ar/noticia/el-informe-bialet-masse/